Con la llegada del otoño, La Rioja se transforma en un espectáculo que cautiva a todos los que la visitan. Los viñedos se visten de gala y despliegan una paleta de colores única: verdes que se desvanecen en amarillos dorados, ocres profundos y rojos encendidos. Es, sin duda, la época en la que esta tierra, conocida con orgullo como la Tierra con Nombre de Vino, revela su faceta más artística.
Octubre marca un punto de inflexión. Tras el ajetreo de la vendimia, los campos dejan atrás su imagen de racimos abundantes y frondoso verdor para ofrecer panorámicas completamente nuevas. Los tonos rojizos se adueñan del paisaje, y contemplarlos se convierte en una experiencia inolvidable. Muchos viajeros coinciden en que esta es, quizás, la mejor estación para admirar los viñedos riojanos.
El momento perfecto para la visita
El espectáculo del cambio cromático dura apenas unas semanas, por lo que conviene elegir bien las fechas. Generalmente, el punto álgido tiene lugar entre mediados de octubre y mediados de noviembre, aunque la naturaleza marca cada año su propio ritmo. Con la llegada del invierno, las cepas se despiden de sus hojas y entran en un merecido descanso hasta la primavera.
El misterio de los colores
La explicación científica es tan fascinante como sencilla. Durante la primavera y el verano, la clorofila, pigmento responsable del color verde, domina en las hojas. Sin embargo, con la llegada del otoño la planta deja de producirla, y entonces afloran otros pigmentos que regalan ese abanico de tonos cálidos y vibrantes que tanto nos emociona.
Cómo disfrutar del otoño en Rioja
Vivir esta estación en primera persona va más allá de contemplar el paisaje: es una experiencia para los cinco sentidos. Pasear entre viñedos invita a perder la noción del tiempo y, en ocasiones, hasta la orientación. El senderismo es una de las mejores formas de adentrarse en esta atmósfera mágica. La Rioja cuenta con una amplia red de rutas señalizadas que recorren viñedos, antiguas vías verdes, caminos históricos y pueblos con encanto.
Los bosques y sierras riojanas también ofrecen otra tradición otoñal: la recolección de setas. Familias y aficionados disfrutan buscando estas joyas de temporada que, acompañadas de un buen vino Crianza, componen maridajes memorables.
Una estación con alma
El otoño en La Rioja es mucho más que un cambio de estación. Es un viaje sensorial donde se entrelazan paisajes de postal, sabores auténticos y aromas de la tierra.
En ZINIO Bodegas, este espectáculo natural se vive de una forma muy especial: nuestros viñedos, cuidados con dedicación por los socios que les dan vida, se tiñen de los colores del otoño y se convierten en el escenario perfecto para disfrutar de nuestros vinos. Venir a visitarnos en esta época es adentrarse en el corazón de Rioja, descubrir la belleza cambiante de la vid y dejarse acompañar por la esencia de cada copa.
El otoño te invita a vivirlo en primera persona… y en ZINIO encontrarás la mejor forma de hacerlo.